jueves, 13 de noviembre de 2014

La primera letra de mi abecedario.

Me dijeron que no sólo son las promesas las que se lleva el viento, y joder, cómo duele que se lleven también las palabras no dichas. Tienen razón, tú nunca me prometiste hacerme el amor cuando llegara el invierno y yo soñaba con bailarte un carnaval pero ahora sólo me queda salir corriendo sin mirar atrás, como una fugitiva de un robo, como una niña a la que le han roto el corazón en un portal. En definitiva, huir para no ser abandonada, esa es mi forma de vida. No te preocupes, te juro que estaré bien, que me guardaré todas esas flores que (no) me regalaste en los botellines de cerveza que te dejaste olvidados a los pies de mi cama; que yo también vi París la primera vez que te besé, pero que eso es algo que me callo con tal de no hacerte más daño, o tal vez, de no hacérmelo a mí, no lo tengo muy claro.

'Hazte un favor, niña'- me dice el reflejo- 'y abre ya los ojos'. Pero no entiende que por mucho que los abra, yo ya no puedo hacer otra cosa que no sea verte, que no hay peor sordo que el que no quiere oír, eso es cierto, pero es que a mí todas las melodías únicamente me suenan a silencio cuando no eres tú quien habla. Ya no sé qué hacer si la desdicha me ronda la cintura, la tristeza me frota la espalda y yo sólo puedo pedirle a la amargura que se acueste a mi lado a media noche porque no eres tú quien me cierra los párpados. 'Olvídate de una vez', me dicen los otros, que tú odias que te vea desnuda mientras nosotros nos mataríamos por hacerlo, que no merece la pena que guardes las lágrimas con el rímel y mires el móvil de medio lado, que si no te escribe es porque no quiere y déjate besar de una vez los labios.

Siempre me han dicho que es de valientes sonreír cuando el corazón llora, ¿pero qué se hace cuando gime tu nombre en camas de otros?

3 comentarios:

  1. Tu blog es intenso, claro, directo.
    Me encanta.

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  2. "¿pero qué se hace cuando gime tu nombre en camas de otros?"
    Es un final abrumador, me encanta.
    Da gusto encontrar cachitos de mi realidad plasmadas en tu blog de esta forma, así que gracias supongo, por escribirte y escribirnos a todos los que hemos vivido esas situaciones de escozor en el alma.
    Un besito y seguiré leyéndote! :)

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  3. Ponerle a ellos el mismo nombre... Porque los propios, se ganan.

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Toc, toc... ¿Hay alguien en casa?