jueves, 14 de enero de 2016

Leche fría y dos de azúcar.

Hoy te he visto a través del cristal de una cafetería. Te he visto y no he podido evitar quedarme parado y mirarte. Mirarte como quien ve un vaso de agua cuando tiene sed, como un náufrago que avista isla, como un niño en la puerta de una tienda de golosinas. "Se mira pero no se toca", como diría mi madre.
Llevabas una coleta alta y un vestido burdeos, a juego con tus labios. Unos mechones se te habían escapado por detrás de la oreja y te rozaban el cuello, como si quisieran besarte y hacerte cosquillas justo después de hacer el amor. Tenías las piernas cruzadas sobre la butaca y el brazo apoyado en la barra. Había dos tazas de café, me pregunto si la tuya seguía llevando "leche fría y dos de azúcar". Me pregunto si le sigues dando seis vueltas en el sentido de las agujas del reloj y dos en el contrario. Me pregunto si sigues poniendo las manos en la taza para sentir el calor aunque tú siempre tengas las manos calientes.
Hoy te he visto sonreír, de esa manera que a mí me gustaba y a ti te avergonzaba: con toda la boca, con los ojos, con todo tu cuerpo. Estabas tan guapa, tan pequeña, tan mujer... Me ha recordado a aquella vez que corriste descalza por la playa y hacía un frío de mil demonios pero tú querías ver el mar y mojarte los pies. Me ha recordado a aquella vez que... me ha recordado a todas las veces que estabas junto a mí y sonreías, sólo porque sí, sólo porque eras feliz, sólo porque te sentías bien. Joder.
Tu mano izquierda descansaba junto a la taza -con tu carmín grabado, claro, hay cosas que no las cambian ni los años ni los daños- mientras que con la derecha empujabas al chico de enfrente, absorto en tus palabras, acechando los acentos de tus labios. ¿Quién no lo estaría si es poesía lo que sale de entre tus dientes? ¿Quién no lo estaría si tu lengua es la bailarina de mi caja de música preferida? 


Hoy te he visto a través del cristal de una cafetería y te he recordado, sin embargo, tú parecías ya haberme olvidado.

8 comentarios:

  1. Gracias por escribir, y por hacerlo así.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti por leerme siempre, gracias por los principios y por continuar en el camino.

      Eliminar
  2. Ya hacía tiempo que no removías la tacita.
    Pero sigues haciéndolo genial :).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A veces hay que esperar a que el café se haga con fuego lento para no quemarnos. (Gracias)

      Eliminar
  3. Y lo que me gusta a mi ese mechón qué. No hay nada como empezar los días contigo.

    ResponderEliminar
  4. Gracias por ser,
    por sonreírme,
    por escribir así,
    por invitarme a abrazarnos con las letras (y en la realidad),
    gracias por tus sonrisas que provocan las mías,
    gracias por tus besos en mis heridas,
    por tus caricias en mis miedos,
    gracias por no dejar de ser.

    W.

    ResponderEliminar
  5. Precioso. Ya no tengo palabras para algo tan sublime.

    ResponderEliminar

Toc, toc... ¿Hay alguien en casa?