domingo, 7 de abril de 2013

Lunares en la luna.

Me acuerdo del día en el que me dijiste que te habías quedado sin palabras. Me acuerdo porque yo me hacía la dormida en el tres piezas del salón, con la cabeza sobre tus piernas y tus manos enredadas en mi pelo. Me acuerdo porque fue una de esas noches en las que necesitas hablarme en secreto, de chico de las rimas a chica de las metáforas. Sin besos ni versos de más. Como el más triste de los boleros, me susurraste que un día las letras te visitaron y te besaron en las puntas de los dedos, acariciando las hojas en blanco y la cinta de tu máquina de escribir como lo hacen tus ojos al deslizarse por mi espalda cuando me quedo dormida. Y que desde entonces no puedes dejar de pensar en todas esas musas (y semifusas), que no aparecen con el humo de tu cigarro, que te dejaron la miel en los labios y se olvidaron de dejar su dirección en la mesilla al marcharse en una noche cerrada. Entonces, hice un murmullo, como si soñase contigo, y tú me respondiste que qué pequeño es el mundo y que se hace infinito en mis ojos; y con media sonrisa, con esa que tanto me gusta, me confesaste que yo soy tu mejor musa, que si yo me voy, de ti ya no queda, y que sólo esperas que jamás desaparezca.


2 comentarios:

  1. Esta historia me ha recordado un poco a Ska y a mí, será que él es chico de rimas y yo chica de metáforas. Me ha recordado mucho a la vida, no me preguntes por qué, será que últimamente tengo tantas musas por todas partes y tanta gente a la que abrazar por estar ahí que todo esto me revuelve los sentimientos más románticos.
    (también me ha recordado a mi hermana -mi musa particular.- y a una historia que estoy escribiendo sobre una musa que terminó enamorando a su compositor)

    Es una entrada enorme, Caperu, enorme como tú. Ya te echaba de menos leerte, pero mucho de menos.
    (abrazos fuertes)

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  2. Que geniaaaaaal, jooooo, yo tb tengo mi vena bonita pero la tuya mola más! :D

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Toc, toc... ¿Hay alguien en casa?