Aquél día se te antojó cantarme al oído, de forma suave, lenta, como quien se come una piruleta en forma de
Sentía tu corazón botar como cuando agitas una botella de coca-cola con mentos. Te miré a los ojos, esos azules que engatusaban hasta a los gatos garabatos que pintaba Carlota, para terminar dandome cuenta de que me reflejaba en ellos.
Me acerqué a tu boca, a tus mejillas, a tu barbilla, con la guitarra de forma de mujer en mi regazo, deseosa de besarte, pero me paraste.
-Creo que vas muy rápido.
-¿Muy rápido?
-Sí. Me quieres comer ya, deprisa y corriendo.
-Como el lobo a caperucita.
Yo quiero dibujar un gato garabato~
ResponderEliminar*w*