domingo, 31 de mayo de 2009

Piruletas.

-Juego con las palabras que salen de tu boca.

Aquél día se te antojó cantarme al oído, de forma suave, lenta, como quien se come una piruleta en forma de corazón y trata de no romperla. Los compases salían de mi guitarra, acompañando la suave melodía que me sabía más que de memoria. Mis uñas rojas chocaban contra las cuerdas de ese recuerdo.
Sentía tu corazón botar como cuando agitas una botella de coca-cola con mentos. Te miré a los ojos, esos azules que engatusaban hasta a los gatos garabatos que pintaba Carlota, para terminar dandome cuenta de que me reflejaba en ellos.
Me acerqué a tu boca, a tus mejillas, a tu barbilla, con la guitarra de forma de mujer en mi regazo, deseosa de besarte, pero me paraste.

-Creo que vas muy rápido.
-¿Muy rápido?
-Sí. Me quieres comer ya, deprisa y corriendo.
-Como el lobo a caperucita.

1 comentario:

Toc, toc... ¿Hay alguien en casa?